Ticker

6/recent/ticker-posts

Aprendamos a crecer



Rolando Aquino Tejeda

No recuerdo haber tenido antes tan en cuenta algo que en estos últimos días estoy percibiendo de manera preocupante y abrumadora; es la justificación de lo que nos dicen que dijimos o hicimos incorrectamente.

Dice el común de la gente que Dios nos hizo una boca y dos oídos para que escuchemos mucho más de lo que hablamos, algo corroborado en la Biblia en Santiago 1:19. Pero cotidianamente hacemos todo lo contrario: escuchamos muy poco, mal o nada e inmediatamente abrimos la boca para ripostar lo que nos dicen y tratar de convencer a los demás de que tenemos la razón asumiendo así un descaro insólito pues, reconocemos para nuestro adentro que lo que nos dicen es cierto.


La verdad, para muchos seres humanos, es como una luz potente a los ojos; les hace perder el control y hacer o decir incoherencias, con tal de no aceptar los errores que les indican han cometido. Ante esta situación opino que una de las acciones más sanas que podríamos ejecutar es intentar decirle a la persona errada sobre sus debilidades a solas y en uno de los mejores tonos y con las palabras menos agresivas que podamos encontrar en el momento.

Una de las actitudes que no permite el crecimiento del ser humano como tal es la falta de humildad. Sin intención de discriminar quiero pensar que las personas estudiadas son las más llamadas a ser sensatas y sabias escuchando serenamente lo que sobre ellas se diga y luego de masticar y digerir esas palabras reaccionar, si es necesario, en tono suave y elocuente, de lo contrario, admitir el error y nada más.

En las ocasiones que hemos visto personas de diferentes niveles socio-económicos admitir públicamente que se equivocaron en algo, los sensatos se maravillan y hasta sienten felicidad y grandeza ajenas. Se dicen para sí mismos, si él o ella pudo admitir que se equivocó y engrandecerse ante los demás, ¿por qué yo no?

Dejemos la pequeñez, el raquitismo, la mezquindad y otros antivalores justificando torpe e instintivamente nuestros errores, escuchemos a todo aquel que habla sobre nosotros. Si las cosas negativas dichas sobre nosotros son ciertas, cambiemos, si en cambio lo que dicen es falso ignoremos lo dicho y si está en nuestro ánimo no ignoremos también a quien nos critica; ayudémoslo a crecer también.

Publicar un comentario

0 Comentarios