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Santo Domingo.-Los elogios y tributos a Radhamés Gómez Pepín, a quien se le rindió esta mañana homenaje en la sede de los periódicos El Nacional, El Día y Hoy, no son suficientes para sus familiares y relacionados, porque tienen que estar dirigidos a la sociedad dominicana y al periodismo nacional, los cuales pierden a un hombre ejemplar, dijo José Luis Corripio Estrada (Pepín).
El Grupo de Comunicaciones Corripio rindió tributo a los restos del director de El Nacional, en sus instalaciones, con la presencia de la vicepresienta Margarita Cedeño de Fernández, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, su vicepresidente Julio César Castaños Guzmán, el empresario José Alfredo Corripio y directores de los periódicos y el personal.
“Se nos fue Radhamés, nos va a hacer mucha falta”, fueron las primeras palabras de Pepín Corripio, a quien definió como un “irremplazable amigo”.
“Se nos fue Radhamés, nos va a hacer mucha falta”, fueron las primeras palabras de Pepín Corripio, a quien definió como un “irremplazable amigo”.
“Recordémosle para vengarnos de su ausencias, recordémoslo que es la única forma que tenemos de sacarlo del olvido”, dijo Pepín Corripio en su discurso en el homenaje póstumo en la explanada frontal, donde el padre José María Gil ofició un responso y Radhamés Gómez Sánchez agradeció a la familia Corripio y al personal de El Nacional por querer y respetar a su padre.
Manifestó que los elogios a Radhamés tienen una peculiaridad que todos son son ciertos y merecidos y que fueron ganados durante una vida impecable en el periodismo y la vida familiar.
“Normalmente se dan las condolencias a los familiares, pero en un caso como este no es suficiente con darle el pésame al deudo y al familiar, hay que darle el pésame al periodismo dominicano y a la sociedad dominicana”, expresó Pepín Corripio en sus palabras frente al féretro de Gómez Pepín.
Dijo que Radhamés tenía una característica, que quizás no se ha mencionado, y que pudo captar en sus relaciones con él, como fue su vocación febril en defensa de los débiles, del perseguido, de los acusados y siempre fue una constante, una protección a ese sector, que por razones diversas él se sentía atraído por los más débiles de la sociedad.
“Y todavía recuerdo de hace 27 años cuando fue nombrado director de El Nacional, delante de mí, en un gesto de amor filial, llamó inmediatamente a su madre y le preguntó: “¿Sabes quién te habla; te habla el director de El Nacional”, reveló Pepín Corripio.
Recordó que para Radhamés ocupar esa posición era quizás un logro para su vida profesional, pero muy merecida, y sin darse cuenta él pensaba que era un honor que se le hacía, cuando era lo contrario que era un honor para El Nacional tenerlo como director.
Recordó que para Radhamés ocupar esa posición era quizás un logro para su vida profesional, pero muy merecida, y sin darse cuenta él pensaba que era un honor que se le hacía, cuando era lo contrario que era un honor para El Nacional tenerlo como director.
Agregó que Radhamés es el autor de la frase que identifica el periódico “La Voz de Todos”, que significa mucho, “con ese eslogan prometemos seguir fiel durante toda la vida de El Nacional”.
“Es dificil de ser lo que hizo por tanto tiempo, porque es el enlace de una generación cada día más ausente del periodismo de otra era y el periodismo moderno”.
“Radhamés es un prestigio para el periodismo dominicano, hemos perdido, la sociedad, un excelente ciudadano, la familia ha perdido un hijo, un esposo, un padre, y un abuelo excepcional y yo he perdido un gran amigo, una persona irremplazable en el afecto y el cariño de quien les habla”, expresó Pepín.
El sepelio
Los restos del director de Nacional serán sepultados esta tarde a las 4:00, en el cementerio municipal de Santiago, de la avenida 30 de Marzo, con lo que concluyen tres días de honras fúnebres.
¡Hasta siempre Radhamés! , fueron expresiones, que entre sollozos era común escuchar a sus familiares y amigos que acudieron a darle el último adiós en la Funeraria Blandino, la que estuvo abarrotada de periodistas, funcionarios y políticos, encabezados por el presidente Danilo Medina y los candidatos presidenciales de varios partidos políticos.
Radhamés murió a los 87 años, 60 de los cuales los dedicó al oficio del periodismo, y sus últimos 27 años como director de El Nacional, del que también fue su jefe de redacción primero. En sus inicios cubrió las actividades oficiales del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
Su talento profesional lo paseó por los medios El Sol, donde conoció a su actual esposa, la periodista Cornelia Margarita, El Caribe y Radio Popular, donde formó a generaciones de periodistas.
Previo a su sepelio, abrumadoras muestras de dolor y testimonios de agradecimiento ofrendó la sociedad a quien en vida fuera uno de los más influyentes directores de medios de comunicación en el país.
Faro que guía
La vicepresidenta Margarita Cedeño, quien asistió a las honras fúnebres de Radhamés, afirmó que el director de El Nacional “es el “faro que guía a una generación de periodistas”.
Al valorar su condición de referente del periodismo dominicano, Cedeño lamentó el deceso de Gómez Pepín, a quien consideró un “profesional de profundos valores, defensor de la democracia y forjador de una mejor sociedad”.
“Su legado está en cada página que su pluma corrigió, en cada artículo, en cada reportaje y crónica periodística; su legado es imperecedero”.
“Su legado está en cada página que su pluma corrigió, en cada artículo, en cada reportaje y crónica periodística; su legado es imperecedero”.
Testimonios
Testimonios de su valentía por su paso por las redacciones de los periódicos donde trabajó, primero como periodista, como ejecutivo después y como director de los periódicos El Sol, 1973-1978, de Noticiario Popular y de El Nacional hasta el final de sus días.
Testimonios de su valentía por su paso por las redacciones de los periódicos donde trabajó, primero como periodista, como ejecutivo después y como director de los periódicos El Sol, 1973-1978, de Noticiario Popular y de El Nacional hasta el final de sus días.
A las 9:15 de la mañana salió el cortejo fúnebre desde la Funeraria Blandino, en la Abraham Lincoln, hacia El Nacional, donde llegó a las 9:35 y fue expuesto su cadáver, donde propietarios, directores y ejecutivos hicieron guardia de honor.
Los coros de las universidades Autónoma de Santo Domingo y de la O&M hicieron sendas presentaciones y donde habló Radhamés Gómez Sánchez (Chiqui), a nombre de la familia, y José Luis Corripio Estrada, a nombre del Grupo de Medios de Comunicación Corripio, cuyos directores hicieron guardia de honor.
Los restos del director de El Nacional también serán velados esta tarde en Santiago, en la Funeraria Blandino, en la calle 30 de Marzo, desde donde se hará una misa de cuerpo presente y luego partirán al cementerio para su morada final.
Sus enseñanzas
“La noticia hay que batirla hasta que hieda”, era una de las tantas expresiones de Radhamés Gómez Pepín que recordarán los periodistas de El Nacional, porque la enseñanza del director es que hay que sacarle todas las aristas a las crónicas sobre los sucesos.
Pocas veces despachaba desde el escritorio de la dirección, siempre lo hacía desde la redacción, donde se sentía a gusto y comentaba y en momentos chisteaba con los redactores.
Era reconocido como un hombre de mucho carácter, valiente en el tratamiento de la noticia y defensor de los periodistas a su cargo, cuando algunas quejas salían o eran presionados por asuntos políticos.
Conocido como “cascarrabia”, no vacilaba para recriminar a cualquiera, pero detrás de su rostro “duro” había siempre una sonrisa fácil a cualquier chiste de los periodistas o del personal.
Fue muy solidario con aquellos que entendía se le había cometido una injusticia o perseguidos injustamente, para quienes El Nacional tenía sus páginas abiertas.
Conocido como “cascarrabia”, no vacilaba para recriminar a cualquiera, pero detrás de su rostro “duro” había siempre una sonrisa fácil a cualquier chiste de los periodistas o del personal.
Fue muy solidario con aquellos que entendía se le había cometido una injusticia o perseguidos injustamente, para quienes El Nacional tenía sus páginas abiertas.
En los acontecimientos importantes donde la sociedad era sacudida por escándalos noticiosos, ahí estaba presente Radhamés para conocer la noticia de primera mano o cuando acudía al Palacio Nacional para entrevistar al presidente Joaquín Balaguer, quien no era dado a permitir entrevistas.
Gómez Pepín era un referente para los políticos, quienes desfilaban por la redacción de El Nacional para visitarlo de cortesía o para plantearle algunas denuncias, y para las organizaciones sociales y civiles, las cuales encontraron un aliado en el director del vespertino.
No tenía miedo para tratar cualquier tema y sus pulsaciones, columna que escribió durante muchos años, era de lectura obligada, considerada como un editorial alterno al publicado en el vespertino.
No tenía miedo para tratar cualquier tema y sus pulsaciones, columna que escribió durante muchos años, era de lectura obligada, considerada como un editorial alterno al publicado en el vespertino.
Viuda Gómez Pepín
Cornelia Margarita viuda Gómez Pepín, en un mensaje de despedida, destaca que Radhamés vino de Santiago a la capital en 1956 para avanzar como periodista, sin suponer quizás que iniciaba una trayectoria de 73 años durante los cuales sería testigo de primer orden, en gran parte, de los acontecimientos importantes de la vida política y social del país.
Explicó que por expresa voluntad se le retorna a Santiago, a descansar por siempre junto a la abuela Lalá, sus padres Ramón y Ana, y su hermano Euclides, en el cementerio de su vecindario, donde reposan también muchos de sus amigos y compañeros de juventud.
Manifestó que antes de llevarle a su última morada, “le hemos traído a esta empresa que tanto amó, y en la que encontró estabilidad laboral, rodeado de mucha gente a la que apreciaba y con la cual compartía el goce de hacer lo que más le gustaba: trabajar en las noticias y dentro de lo posible, ayudar a solucionar problemas comunitarios o de individuos, que en medio de las dificultades, encontraban en él un apoyo decidido y tenaz, capaz de asumir como propias las causas ajenas”.
También habló Oscar López Reyes, quien dijo que como periodista compartió la redacción de El Sol con Radhamés Gómez Pepín, afirmó que éste, enemigo de la lisonja y con escasas ambiciones materiales, ejerció el periodismo sin ambages, a ratos como un lobo solitario en el seguimiento de la noticia, en la defensa de víctimas anónimas o en la crítica a sectores o situaciones objeto de su peculiar ironía.
EL dato
Será recordado
Radhamés será recordado como un ícono del periodismo dominicano, un defensor de las libertades públicas, enemigo de las injusticias, y un centinela de la democracia. Nunca aceptó presiones de políticos y fue independiente en sus pensamientos.
Habla Sosa
En la ceremonia de despedida, también, habló el periodista José Rafael Sosa a nombre del personal de la redacción de El Nacional señalando que Radhamés deja como herencia una forma distinta de percibir los hechos, de darlos a conocer desde todas sus perspectivas y “dotarnos del valor profesional y personal necesario, para fijar postura frente a los hechos y dar vocería a quienes no tienen tradicionalmente representación social en los medios.
En la ceremonia de despedida, también, habló el periodista José Rafael Sosa a nombre del personal de la redacción de El Nacional señalando que Radhamés deja como herencia una forma distinta de percibir los hechos, de darlos a conocer desde todas sus perspectivas y “dotarnos del valor profesional y personal necesario, para fijar postura frente a los hechos y dar vocería a quienes no tienen tradicionalmente representación social en los medios.
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